¿Cuáles son los riesgos del consumo sin control de suplementos alimenticios? Experta lo revela
La moda de los suplementos: una práctica extendida, pero no siempre segura.
En los últimos años, el consumo de suplementos alimenticios ha crecido de forma acelerada. Cápsulas de vitaminas, polvos de proteína, omega-3, colágeno y extractos herbales forman parte del día a día de millones de personas que, sin asesoría profesional, buscan mejorar su salud o rendimiento físico. Esta tendencia, impulsada por redes sociales y recomendaciones no especializadas, ha encendido la alerta entre profesionales de la salud.
La popularidad de estos productos suele estar asociada con promesas de bienestar inmediato, pérdida de peso o aumento de energía. Sin embargo, expertos advierten que este tipo de consumo no solo puede ser innecesario, sino también riesgoso.
Una moda que oculta peligros: advertencias médicas
Yeni Zetina, nutrióloga egresada del Instituto Politécnico Nacional, señala que muchos suplementos se consumen sin diagnóstico previo ni análisis de las verdaderas necesidades del cuerpo. “Hay quienes toman hasta cinco o seis productos diferentes al día sin saber si los necesitan, ni si están duplicando ciertas dosis o generando interacciones negativas con otros medicamentos”, advierte.
Según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública, más del 56% de quienes toman suplementos lo hacen sin haber recibido una evaluación médica. Apenas el 5.7% de los consumidores los utiliza para tratar deficiencias nutricionales comprobadas.
Riesgos ocultos detrás de lo “natural”
Existe una creencia errónea de que lo natural es automáticamente seguro. No obstante, los suplementos mal utilizados pueden provocar efectos adversos como daño hepático, problemas renales y desequilibrios hormonales. A esto se suma una regulación débil en el mercado: muchos productos se comercializan sin aprobación de autoridades sanitarias ni respaldo científico suficiente.
“Los suplementos no deben verse como reemplazos de una buena alimentación”, remarca Zetina. “Lo ideal es obtener los nutrientes a través de una dieta balanceada y recurrir a suplementos únicamente si existe una necesidad médica real”.
La solución: volver a los hábitos alimenticios básicos
Ante este panorama, especialistas en nutrición coinciden en que es necesario promover una educación alimentaria más sólida. La clave está en construir hábitos sostenibles, basados en una alimentación variada y planificada, que contemple las particularidades de cada persona.
“No se trata de prohibir alimentos ni de adoptar dietas extremas”, afirma Zetina. “Incluso un pan dulce o una hamburguesa pueden formar parte de un estilo de vida saludable si se integran de manera consciente y se equilibran con frutas, verduras, hidratación adecuada y ejercicio físico”.
Educación nutricional, la herramienta más poderosa
La creciente dependencia de suplementos como solución rápida refleja una falta de educación en torno a la nutrición. La automedicación con vitaminas y minerales, influenciada por tendencias virales, puede generar más daño que beneficio cuando no se basa en criterios clínicos.
La alimentación saludable no se encuentra en cápsulas ni en polvos milagrosos, sino en decisiones informadas, asesoría profesional y constancia. Frente al auge del consumo sin supervisión, la respuesta más efectiva sigue siendo la misma de siempre: comer bien, con conciencia y respaldo especializado.
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