El impacto ambiental del Tren Maya: daños irreversibles en el tramo 5
A pesar de la millonaria inversión en la construcción del Tren Maya, los daños ambientales que ha generado parecen irreparables.
A pesar de la millonaria inversión en la construcción del Tren Maya, los daños ambientales que ha generado parecen irreparables. En especial, el tramo 5 norte y sur, ubicado en Quintana Roo, ha causado una fuerte controversia debido al impacto negativo sobre el ecosistema y el patrimonio arqueológico de la región.
Ecocidio en el acuífero Maya
Bajo la superficie de este tramo del Tren Maya se encuentra una red de cuevas y cenotes que han sido perforados y divididos por la construcción. El acuífero Maya, una fuente de agua cristalina que ha sustentado la vida durante siglos, ahora muestra signos evidentes de contaminación.
En una exploración por la zona, se observaron restos de materiales de construcción, como cemento, varillas y grava, que han alterado la calidad del agua. Además, las estructuras naturales han sido intervenidas con pilotes que afectan la estabilidad del suelo y comprometen la integridad de este ecosistema subterráneo.
Un suelo inestable y riesgos invisibles
El terreno de la región es de tipo kárstico, lo que significa que es altamente poroso y se disuelve con facilidad. Expertos advierten que, aunque los pilotes de soporte del tren se han colocado a profundidades de hasta 35 metros, es posible que existan cavidades subterráneas no identificadas, lo que aumenta el riesgo de hundimientos.
Este tipo de construcción, realizada sin los estudios geológicos completos, representa un peligro no solo para el ecosistema, sino también para la infraestructura misma del proyecto.
Violaciones a las disposiciones legales
La construcción del tramo 5 se llevó a cabo a pesar de contar con una suspensión definitiva emitida por el Juez Primero de Distrito en Yucatán, Adrián Novelo. La obra continuó sin haber cumplido con las condiciones de la Manifestación de Impacto Ambiental, incluyendo la entrega de estudios geológicos esenciales.
A pesar de estos fallos legales, la construcción del Tren Maya avanzó a toda velocidad, ignorando las advertencias y sin considerar las consecuencias a largo plazo para la biodiversidad y el patrimonio cultural de la región.
Patrimonio arqueológico en peligro
En el trayecto del tren, exploradores han encontrado vestigios históricos de gran valor, como las pinturas rupestres en la cueva conocida como “Manitas”, que aún no han sido fechadas. Estos restos, que han sido marcados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), reflejan la presencia de antiguas civilizaciones en la región y podrían verse afectados por el avance de la construcción.
El daño a estos sitios históricos, sumado a la alteración del ecosistema subterráneo, plantea una pregunta crucial: ¿Cuál será el costo real del Tren Maya en términos ambientales y culturales?
La polémica sigue abierta y las voces en defensa del medio ambiente continúan denunciando las consecuencias de esta obra en una de las regiones naturales más frágiles y valiosas de México.