Tren Maya: Entre opacidad, daño ambiental y un futuro incierto
El Tren Maya ha sido señalado no solo por su falta de transparencia en el uso de recursos, sino también por los graves daños ambientales que ha generado en la península de Yucatán.
El Tren Maya, uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos del país, ha sido señalado no solo por su falta de transparencia en el uso de recursos, sino también por los graves daños ambientales que ha generado en la península de Yucatán. Además, su viabilidad económica y su impacto en las comunidades locales han sido puestos en duda.
Impacto ambiental: cenotes y cavernas en riesgo
Un grupo de buzos documentó los estragos ambientales causados por la construcción del Tren Maya en los cenotes y cavernas de Quintana Roo. Hasta el momento, se han identificado 125 cuerpos de agua afectados, lo que representa una grave amenaza para el acuífero de la península, fuente vital para la fauna, flora y comunidades locales.
Expertos advierten que la perforación del subsuelo podría contaminar el agua con solventes, diésel y otros residuos, lo que alteraría irreversiblemente el ecosistema. Además, el proyecto ha sido señalado por violar normativas ambientales, lo que ha generado la preocupación de la sociedad civil y ambientalistas.
¿Un elefante blanco en construcción?
Más allá de los daños ecológicos, el Tren Maya enfrenta cuestionamientos sobre su viabilidad financiera. Originalmente, el costo del proyecto se estimó en 125,810 millones de pesos, pero la cifra ha escalado a más de 500,000 millones de pesos, convirtiéndolo en uno de los proyectos más costosos en la historia del país.
Según cálculos basados en la metodología de la Secretaría de Hacienda, el beneficio económico del tren podría verse reflejado en un plazo de 46 años, y eso solo si opera constantemente a su máxima capacidad, sin considerar los costos de mantenimiento e infraestructura.
Además, las obras aún no están concluidas en diversas estaciones, como en Playa del Carmen, donde pese a haber sido inaugurada, los trabajos continúan.
Baja demanda y escaso beneficio para las comunidades
Los recorridos iniciales del Tren Maya han mostrado una baja afluencia de pasajeros. Según testimonios locales, la mayoría de los viajes se realizan con pocos pasajeros, y el 95% de los locales comerciales en las estaciones no están en operación.
A pesar de la inversión millonaria, las comunidades cercanas no han percibido beneficios significativos. Habitantes de la región aseguran que el tren no cubre sus necesidades de movilidad ni genera empleos suficientes, y denuncian que su construcción ha propiciado la llegada del crimen organizado y grupos de poder a la zona.
Un gasto millonario con beneficios inciertos
Para dimensionar la magnitud del gasto, el costo del Tren Maya equivale a 11 años de presupuesto de la UNAM, una cifra que ha generado debate sobre la priorización de recursos públicos en el país.
Con obras inconclusas, daño ambiental irreversible y un beneficio que podría tardar décadas en materializarse, el futuro del Tren Maya sigue siendo incierto.