Refugio Mármol, el hogar temporal para quienes enfrentan el invierno en situación de calle

En la colonia Mármol 3 de la capital, el refugio temporal habilitado durante las 24 horas del día se convierte en un santuario para hombres y mujeres en situación de calle.

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En la colonia Mármol 3 de la capital, el refugio temporal habilitado durante las 24 horas del día se convierte en un santuario para hombres y mujeres en situación de calle. Ya sea por decisión propia o a través de traslados realizados por patrullas de la Policía Municipal, este espacio ofrece una oportunidad para enfrentar las inclemencias del invierno mientras buscan estabilidad en sus vidas.

Entre quienes llegan al refugio se encuentran personas de diversas edades, desde jóvenes hasta adultos mayores, cada uno con historias conmovedoras marcadas por las circunstancias de la vida. Algunos llegan directamente de la central camionera o de terrenos baldíos, llevando consigo mochilas o bolsas que contienen todas sus pertenencias.

Historias de resiliencia: Arturo y la señora V

Uno de los casos que destaca es el de Arturo Nava, un hombre de 64 años con doble nacionalidad. Adoptado en su infancia por un veterano estadounidense en el Rancho El Verano, cerca de Parral, Arturo aprendió inglés desde temprana edad. Más tarde, formó parte del ejército y trabajó como intérprete. Aunque posee un rancho, decidió vivir en las calles de la capital por razones personales, encontrando en el refugio Mármol un lugar donde pasar las noches.

Otra historia es la de la señora V, de 54 años, quien lleva más de una década sin hogar tras un divorcio. Durante los últimos cinco años, ha recurrido a refugios temporales, dos de ellos en la colonia Mármol. Allí pasa las noches, mientras que en el día trabaja limpiando casas para ganarse la vida. Su historia refleja la lucha diaria por salir adelante a pesar de las adversidades.

La vida en el refugio: un lugar para compartir y convivir

En el refugio Mármol, las personas no solo encuentran un techo, sino también la oportunidad de convivir y compartir con otras personas en circunstancias similares. Desde jóvenes hasta adultos mayores, muchos visitantes aseguran que, aunque cuentan con familiares, prefieren no ser una carga para ellos. Así, el refugio se convierte en un punto de apoyo para quienes han optado por una vida independiente, aunque llena de desafíos.

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