La marcha ciudadana avanzaba de manera ordenada cuando un grupo de encapuchados irrumpió en la zona resguardada frente a Palacio Nacional. Su presencia llamó la atención porque, según participantes, estos grupos no suelen aparecer en actos organizados por Morena, pero sí en movilizaciones ciudadanas, donde terminan vinculados a choques y provocaciones. De acuerdo con testimonios, su intención era acusar falsamente a los asistentes de generar violencia y, al mismo tiempo, justificar un operativo de contención.

Infiltrados escalan vallas y desatan enfrentamientos

Los encapuchados treparon las barreras metálicas de tres metros instaladas alrededor del recinto y, pese a que fueron repelidos con extintores, lograron derribar algunas planchas. Esto desencadenó un enfrentamiento directo con elementos policiacos, quienes respondieron con gases lacrimógenos, golpes e incluso piedras. Petardos y objetos contundentes cruzaron por encima de las vallas mientras, a unos metros, miles de ciudadanos continuaban con la movilización sin incidir en los disturbios.

Periodistas heridos durante los momentos críticos

Mientras avanzaba la confrontación, varios periodistas resultaron lesionados. Entre ellos, Ricardo Pérez y Antonio Witzil, reporteros de Fuerza Informativa Azteca, quienes sufrieron heridas ocasionadas por petardos y proyectiles lanzados durante los momentos de mayor tensión. La violencia se prolongó por más de tres horas, con agresiones focalizadas en estos pequeños grupos que actuaban de manera ajena a la ciudadanía, familias, jóvenes y personas mayores que participaban pacíficamente.

Dudas sobre el origen y propósito de los disturbios

A diferencia de otras movilizaciones, los manifestantes pacíficos fueron desalojados con fuerza mediante escudos y objetos contundentes. Este episodio abrió nuevas interrogantes sobre quiénes buscaban desacreditar la marcha y con qué motivaciones. La actuación de los provocadores, su irrupción puntual y el efecto directo en la narrativa del evento generaron cuestionamientos entre los asistentes y observadores.

Responsabilidades y análisis posterior

El saldo, además de los heridos, dejó una discusión abierta sobre la infiltración de grupos violentos en protestas ciudadanas y su impacto en la percepción pública de las movilizaciones. La investigación sobre los hechos continúa mientras los afectados y participantes reclaman claridad sobre los responsables de escalar la confrontación.

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