En más de una ocasión, el sonido de canicas deslizándose en el techo ha generado sobresaltos en aquellos que se quedan solos en la oscuridad de la noche.
Este fenómeno, lejos de lo que pudiera pensarse, es más común de lo que parece y suele inquietar a muchos, sobre todo cuando se está completamente solo.
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La enigmática resonancia no se limita únicamente a viviendas particulares, sino que también se ha registrado en edificaciones de diversa índole, sembrando dudas sobre si proviene de pasos de vecinos o incluso de alguien jugando con canicas.
No obstante, la situación adquiere tintes más perturbadores en viviendas unifamiliares, donde el sonido de canicas rodando por el techo ha llevado a no pocos a atribuirlo a presencias sobrenaturales.
¿Qué se esconde tras el sonido de canicas en el techo?
Si alguna vez se pensó que estas reverberaciones eran el resultado de intervenciones paranormales, la realidad es mucho más prosaica: se trata del sistema de cañerías.
Este sonido, similar a golpes o pulsaciones, suele producirse cuando el flujo de agua es interrumpido de manera abrupta, manifestándose en cualquier momento del día.
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Este fenómeno, conocido como “golpe de ariete” o “pulso de Zhukowski”, cuyas vibraciones se asemejan al traqueteo de canicas, se hace más perceptible durante las horas nocturnas debido al ambiente notablemente más silencioso.
Por lo general, este fenómeno se presenta con mayor frecuencia en construcciones antiguas o en edificaciones recientemente erigidas. Cuando el fluido es elástico y una llave o válvula se cierra, las partículas del fluido son desplazadas por las que están detrás.
En ocasiones, debido a la velocidad con la que se mueven, superan la frecuencia del sonido del agua, lo que provoca compresiones o dilataciones audibles, interpretadas como el sonido de canicas en movimiento.
Así que, lejos de tratarse de apariciones espectrales o de los pasos de alguna presencia desconocida, la explicación es mucho más mundana: son las tuberías y el flujo de agua que transcurre por ellas.
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