En México, la casta política heredera de funcionarios ha generado un fenómeno conocido como “nepobabies”: hijos y familiares de políticos que viven con lujos y privilegios, pese a que sus padres promueven la austeridad y el control del gasto público. Esta élite juvenil refleja un modelo inspirado en gobiernos autoritarios como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua, según críticos del actual gobierno de Morena.
Ejemplos de lujo y privilegios
Entre los casos más destacados se encuentra Andy López Beltrán, hijo del expresidente, quien ha realizado costosas compras de arte por más de medio millón de pesos. Las hijas de otros políticos, como Luisa y Berta, han edificado condominios de lujo en zonas gentrificadas de la Ciudad de México, ignorando los discursos de austeridad que difunden en conferencias.
El glamour y los viajes internacionales
La lista de nepobabies incluye también a María Monreal, hija de Ricardo Monreal, quien asistió al Fashion Week en París con gastos de hospedaje que alcanzaron los 22 000 pesos por noche, y Jimena García, propietaria de un lujoso estudio de arte valuado en 57 millones de pesos, vinculado a recursos desviados de Conacit durante la gestión de su madre, María Elena Álvarez Buillá.
Una casta política con privilegios heredados
Estos jóvenes políticos representan un contraste evidente con los ciudadanos comunes, pues acceden a educación internacional, viajes, propiedades y lujos que el discurso gubernamental prohíbe para la población. Los nepobabies son un ejemplo de cómo los beneficios del poder se transfieren de generación en generación, manteniendo un estilo de vida que contradice la austeridad proclamada por sus familias políticas.
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