El estadio de béisbol de Palenque, en Chiapas, fue objeto de una remodelación que involucró 106 millones de pesos de recursos federales durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador. La obra tenía como objetivo recibir al equipo Guacamayas de Palenque, propiedad de Pío Lorenzo López Obrador, hermano del entonces mandatario.

Sin embargo, el proyecto ha quedado en el abandono y el estadio se encuentra en franco deterioro, con vestidores en mal estado, gradas deterioradas y áreas de comida inutilizables.

Sobreprecio y conflicto de interés

El contrato de remodelación no se otorgó a la empresa que presentó la mejor oferta, sino a ALZ Constructores, cuya propuesta ascendió a 89 millones de pesos, un sobrecosto de 56 millones respecto a la competencia. Posteriormente, se autorizó un adicional de 17 millones para completar los trabajos, que en gran parte nunca se realizaron.

Infraestructura en abandono

Visitas al estadio revelaron puertas caídas, lavabos sucios, filtraciones y material abandonado en la cancha, mientras que las oficinas de administración funcionan como bodega. La comunidad local no puede utilizar las instalaciones, que se consideran un elefante blanco producto de la inversión millonaria sin resultados tangibles.

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