México atraviesa un periodo de desaceleración económica que, según especialistas, se refleja en la caída de la inversión, el freno en sectores productivos y un endeudamiento que continúa al alza. Pese a este panorama, el partido en el gobierno se prepara para conmemorar siete años al frente de la administración federal, una celebración que ha generado opiniones divididas ante el contexto financiero actual.
Preocupación por la falta de inversión y certidumbre
Analistas consultados advierten que en los últimos años se han tomado decisiones que han debilitado la confianza empresarial. Señalan que cambios legales como la reforma judicial y modificaciones a la Ley de Amparo han introducido incertidumbre en sectores clave. Esto habría derivado en un retroceso de actividades como la industria y la construcción, que acumulan caídas superiores al 2% anual.
Especialistas del sector privado aseguran que la falta de certeza jurídica y la ausencia de reglas claras han motivado que varias empresas reconsideren sus operaciones en México, optando por trasladar inversiones hacia países de Sudamérica u otras regiones con condiciones más estables.
Un crecimiento limitado para los próximos años
Proyecciones de analistas consultados por el Banco de México indican que el crecimiento económico nacional podría cerrar el año con apenas 0.4%, una cifra que refleja un estancamiento prolongado. Para 2026, las estimaciones siguen siendo moderadas, con una expectativa de apenas 1.37%, lo que sugiere que el dinamismo económico tardará en recuperarse.
Empresarios coinciden en que, de mantenerse las condiciones actuales, difícilmente se logrará una reactivación sostenida en el corto plazo, especialmente si persisten los costos fiscales y la falta de incentivos para la inversión productiva.
Crece la preocupación por el endeudamiento federal
Otro punto que genera inquietud entre especialistas es el aumento de la deuda pública. De acuerdo con datos del tercer trimestre, el endeudamiento total del país asciende a 18.3 billones de pesos, prácticamente el doble de lo registrado al inicio de la administración pasada. Proyecciones señalan que para el próximo año la deuda podría superar los 19 billones, lo que comprometería los recursos disponibles para futuros gobiernos.
Analistas financieros destacan que el endeudamiento creciente presiona las finanzas públicas, limita el margen de maniobra y afecta directamente el poder adquisitivo de los hogares, que ya resienten el aumento de precios y la baja en el ritmo económico.
Un escenario complejo para la población
Con una economía debilitada y un endeudamiento en ascenso, especialistas señalan que las familias podrían enfrentar mayores retos en los próximos años. Mientras tanto, el debate sobre el rumbo económico del país permanece abierto y los sectores productivos piden condiciones que permitan recuperar la confianza y atraer nuevas inversiones.
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