Recientemente, se reveló que niños y jóvenes de entre 11 y 16 años fueron armados para cuidar su localidad en el municipio de José Joaquín de Herrero, en el estado de Guerrero, mientras un grupo de adultos salió a buscar una familia desaparecida el 19 de enero. Las imágenes se han vuelto virales.
Quizás te interese: Ataque armado sacude Guadalupe-Tornillo: Violencia en la frontera
Fue este miércoles en la comunidad indígena Ayahuatempa, del municipio de José Joaquín de Herrera, integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades comunitaria-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) tomaron protesta como miembros a 5 niñas y 15 niños, a quienes “armaron”.
En el México de AMLO, en el que ya no iba a haber violencia,inseguridad ni masacres,los niños en Guerrero tienen que ir armados para defender a sus familias del CO porque el gobierno y la Guardia Nacional no hacen nada y los han dejado a su suerte.
— Gloria Alfa y Omega (@GlodeJo07) January 25, 2024
Su 4T
pic.twitter.com/HIhBovEQ2z
El integrante de la CRAC-PF, Luis Morales Rojas, miembro del Consejo del Gobierno Náhuatl, declaró que los jóvenes de mayor de edad se integrarán a la búsqueda de cuatro integrantes de una familia secuestrada el 19 de enero, y que los demás harán labores de vigilancia.
Menores de edad aprenden a manejar armas de fuego
A las niñas y niños, se les capacitó en el manejo de armas como rifles calibre 22; escopetas de calibres 20, 16 y 410, así como pistolas.
En el acto llevado a cabo durante la asamblea, a la que asistieron la mayoría de los mil asistentes de origen náhuatl, exigieron al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a la Gobernadora, Evelyn Salgado, que ayuden a localizar a la familia indígena.
Familia indígena desaparecida desde el 19 de enero
La familia está integrada por Cecilia Gaspar Hernández, de 50 años; su esposo José Teodoro Domingo Ortiz, de 52; y sus hijos Roberto y Gaudencio, de 30 y 22 años, quienes fueron secuestrados en Zacatepec, donde pastoreaban su ganado.
En la cancha deportiva del poblado las niñas y los niños, la mayoría con rifles y escopetas, y otro algunos solo con carrizos, mostraron movimientos de entrenamiento armado. Pese a la tensión de la situación los niños parecían tranquilos y en ningún momento hubo alguna detonación.