El videojuego que marcó a generaciones dio un salto inesperado del control y la pantalla al espacio aéreo. Durante la final del torneo mundial de Tetris organizado por Red Bull, Dubái fue escenario de lo que ya se considera el juego de Tetris más grande de la historia, una exhibición que combinó esports, tecnología y espectáculo visual a gran escala.
El evento transformó uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad en un tablero gigante, llevando la competencia a un formato nunca antes visto dentro del mundo de los videojuegos.
El cielo de Dubái se convierte en tablero de Tetris
La partida decisiva se proyectó sobre el Dubai Frame, donde alrededor de 4 mil drones sincronizados recrearon en tiempo real la caída de los tetrominós. La exhibición se realizó en Zabeel Park y permitió que el público observara el desarrollo del juego directamente en el cielo nocturno, en lugar de una pantalla convencional.
Las figuras luminosas descendían con precisión milimétrica, replicando la mecánica clásica del videojuego, pero a una escala monumental.
Turquía y Perú protagonizan la final mundial
El enfrentamiento final reunió a Fehmi Atalar, representante de Turquía, y Leo Soloranzo, competidor de Perú. Ambos disputaron la partida definitiva en un formato especial de cinco minutos, adaptado al despliegue aéreo.
Atalar logró imponerse en este escenario inédito, asegurando el título mundial en una final que quedará registrada como una de las más singulares en la historia de los esports.
Tecnología y espectáculo detrás del evento
La ejecución del juego aéreo estuvo a cargo de Lumasky, una empresa especializada en espectáculos con drones de gran formato. La coordinación permitió representar cada movimiento del juego con precisión visual, integrando animación, iluminación y programación avanzada.
El despliegue fue ampliamente celebrado por su innovación y por llevar un videojuego clásico a un nuevo terreno tecnológico.
Críticas y debate en la comunidad gamer
A pesar del impacto visual, el evento también generó cuestionamientos. Algunos jugadores y seguidores de Tetris señalaron posibles problemas de latencia y tiempo de respuesta, factores clave en una competencia de alto nivel.
Además, hubo críticas sobre la elección de Dubái como sede, al considerar que este tipo de eventos internacionales buscan mejorar la imagen de los Emiratos Árabes Unidos ante la opinión pública global, un debate recurrente en torneos recientes de esports.
Un hito para los esports y los videojuegos clásicos
Más allá de la controversia, la final aérea de Tetris marca un precedente en la forma de presentar competencias de videojuegos. El evento demuestra cómo los esports continúan expandiendo sus límites, combinando entretenimiento digital con espectáculos urbanos de gran escala.
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