La celebración de la Navidad no termina cuando se apagan las luces del árbol. Detrás de los regalos y las reuniones familiares, diciembre se consolida como uno de los meses con mayor impacto ambiental del año. En 2025, la generación diaria de basura se incrementó cerca de 30 por ciento, alcanzando volúmenes aproximados de 20 mil toneladas por jornada, una cifra que vuelve a poner sobre la mesa el problema de los residuos navideños.
Aumenta la basura tras abrir los regalos de Navidad
Organizaciones ecologistas han advertido que gran parte de los desechos generados en estas fechas proviene de los empaques. Por cada obsequio se produce, en promedio, casi un kilogramo de residuos, principalmente cartón, plástico protector y papel de regalo, materiales que suelen desecharse minutos después de abrirlos. Especialistas en medio ambiente señalan que pedir regalos sin envoltorios innecesarios podría reducir este volumen hasta en 25 por ciento.
Envoltorios y plásticos, el principal problema ambiental
El uso excesivo de materiales de un solo uso continúa siendo uno de los retos más visibles de la temporada. Papeles metalizados, bolsas plásticas y cajas reforzadas complican los procesos de reciclaje y terminan saturando los vertederos. Activistas ambientales recomiendan reutilizar empaques, optar por papel reciclado o envolver con telas y materiales duraderos como una alternativa práctica y sostenible.
Consumo de energía eléctrica se dispara en diciembre
El impacto navideño no se limita a la basura. Expertos en energía reportan que el consumo eléctrico en los hogares aumenta alrededor de 40 por ciento debido al uso prolongado de luces decorativas y dispositivos electrónicos. Mantener adornos encendidos durante todo el día incrementa tanto el costo económico como la huella ambiental. Por ello, se sugiere utilizar iluminación LED y limitar los horarios de encendido.
Movilidad y emisiones contaminantes durante las fiestas
Las reuniones familiares también generan un aumento en el uso del automóvil particular, lo que eleva las emisiones de dióxido de carbono. Especialistas en sustentabilidad señalan que compartir traslados, planificar rutas o combinar celebraciones puede ayudar a reducir el impacto ambiental asociado a la movilidad en estas fechas.
Hábitos sostenibles para una Navidad responsable
Entre las recomendaciones más recurrentes se encuentran evitar plásticos desechables en las cenas, congelar los excedentes de comida para prevenir el desperdicio y utilizar pilas recargables en juguetes electrónicos, con el fin de reducir la contaminación por químicos. Decorar con materiales reutilizados y priorizar el consumo responsable son acciones que, aunque simples, generan un efecto acumulativo positivo.
La Navidad de 2025 vuelve a evidenciar la urgencia de replantear los hábitos de consumo. Mientras las celebraciones reflejan unión y generosidad, el reto está en extender esos valores al cuidado del entorno, recordando que un festejo responsable también es una forma de proteger el futuro.
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