La sabiduría popular siempre ha afirmado que los gatos caen de pie con una habilidad sobrenatural. Esta creencia ha alimentado la fama felina de tener siete vidas y ha impulsado la imagen de los gatos como seres misteriosos y astutos. Sin embargo, ¿es esto realmente cierto o simplemente otro mito sin fundamento? Exploramos los hechos detrás de la leyenda.
Los gatos son, sin lugar a dudas, expertos acróbatas naturales. La mayoría de nosotros hemos sido testigos de sus increíbles habilidades para escalar y saltar con gracia, incluso en espacios elevados. Pero esta destreza no garantiza una caída sin consecuencias. Aunque los gatos tienen la capacidad de orientarse en el aire y girar su cuerpo para aterrizar sobre sus patas, las circunstancias juegan un papel crucial en la seguridad de su aterrizaje.
El llamado “reflejo de enderezamiento” es la clave detrás de esta destreza. Comienza con el sistema vestibular en el oído interno del gato, que le proporciona un sentido del equilibrio y la orientación. Cuando los gatos caen de pie al suelo, su sistema vestibular le permite determinar rápidamente cuál es la posición “arriba”, lo que desencadena una secuencia de movimientos que incluyen arquear la columna y girar las patas delanteras y traseras de manera independiente para aterrizar sobre sus pies.

Esta sorprendente habilidad se desarrolla durante las primeras semanas de vida del gato y se perfecciona gracias a su columna altamente flexible y clavículas flotantes. Sin embargo, hay condiciones para que este reflejo funcione correctamente. Una altura mínima de al menos 90 centímetros es necesaria para que el gato tenga tiempo suficiente para ejecutar el giro. Además, si caen desde una posición vertical, como sus patas traseras, no pueden enderezarse sin primero girar horizontalmente.
No obstante, aunque los gatos sean maestros en el arte de caer sobre sus patas, no son invulnerables. A menudo, los gatos son víctimas del llamado “síndrome del gato paracaidista”, en el que saltan o caen desde alturas considerables debido a su curiosidad y amor por las alturas. Aunque su agilidad puede ayudar a mitigar parte del impacto, caídas desde alturas excesivas pueden provocar fracturas y daños internos, incluso en gatos jóvenes y saludables.
Es importante reconocer que, si bien los gatos tienen una asombrosa capacidad para sobrevivir a caídas y aterrizar en sus pies, esto no los hace inmunes a lesiones graves. Los dueños de gatos que viven en departamentos deben tomar precauciones adicionales, como proteger las ventanas y balcones con redes de seguridad para evitar accidentes.
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Por lo que mientras la sabiduría popular ha exagerado la habilidad de los gatos para siempre caer de pie, es innegable que poseen una capacidad notable para enderezarse en el aire. Sin embargo, esto no debe llevarnos a subestimar los riesgos que enfrentan cuando se aventuran en alturas peligrosas. La seguridad y el bienestar de nuestros amigos felinos deben seguir siendo una prioridad.