Una excursión turística terminó en tragedia luego de que Suzanne Rees, una mujer de 80 años, fuera abandonada en la isla Lizard, al noreste de Australia, por el crucero Coral Adventurer. Su hija, Katherine Rees, rompió el silencio y responsabilizó a la tripulación de la embarcación por actuar con “falta de sentido común” y negligencia.
El incidente, ocurrido el sábado 25 de octubre de 2025, ha generado un intenso debate sobre los protocolos de seguridad en los cruceros turísticos y la atención que se brinda a los pasajeros de la tercera edad.
La cronología de un olvido fatal
De acuerdo con los reportes policiales, Suzanne Rees descendió del crucero junto con otros pasajeros para realizar una caminata por la isla. Sin embargo, durante el recorrido, se sintió afectada por las altas temperaturas y decidió detenerse a descansar.
El grupo continuó la excursión y, según los primeros testimonios, nadie verificó su regreso al punto de embarque. Horas después, el Coral Adventurer zarpó sin percatarse de su ausencia, dejando la isla cinco horas antes de que se notificara oficialmente su desaparición.
“No hubo sentido común”: la crítica de la familia“
Estamos conmocionados y entristecidos porque el crucero abandonó la isla sin mi madre. Faltó sentido común y responsabilidad”, declaró Katherine Rees en un comunicado público.
La hija de la víctima aseguró que su madre fue vista por última vez cuando descendía sola de la colina a la que habían subido los excursionistas. “En algún punto de todo esto, o poco después, mamá falleció sola”, lamentó.
El hallazgo del cuerpo y las primeras investigaciones
Al día siguiente de su desaparición, un helicóptero de la policía localizó el cuerpo de Suzanne Rees a 55 metros del sendero que conducía al mirador de la isla. Las autoridades informaron que, al parecer, la mujer cayó por una pendiente y perdió la vida a causa del accidente.
Aunque la policía descartó que la muerte fuera sospechosa, el caso será revisado por un forense para determinar si hubo omisiones graves por parte de la tripulación del crucero o de la empresa operadora.
La empresa se defiende, pero promete cooperación
Mark Fifield, director ejecutivo de Coral Expeditions, empresa responsable del Coral Adventurer, aseguró que la compañía colabora plenamente con las autoridades australianas en las investigaciones. Asimismo, expresó sus condolencias a la familia de la víctima.
Mientras tanto, Katherine Rees insiste en que el caso debe servir como lección para evitar que otras familias enfrenten tragedias similares. “Mi madre confiaba en que estaba segura. Nadie debería morir así”, concluyó.
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