Desde su concepción, el proyecto del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec ha estado rodeado de cuestionamientos y desconfianza pública, particularmente por la presunta intervención de familiares del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador. Estos señalamientos cobraron nueva relevancia tras el descarrilamiento ocurrido el pasado fin de semana, que dejó un saldo mortal.
El control del proyecto quedó en manos de la Marina
Fue en 2022 cuando el expresidente López Obrador confirmó públicamente que el Tren Interoceánico sería operado directamente por el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Marina. En ese momento, detalló que el proyecto contemplaba cerca de mil kilómetros de vías férreas y que se alistaban licitaciones para la modernización de tramos clave, como el que conecta Tapachula, en la frontera sur, con Ixtepec, Oaxaca.
Dos años después, el propio exmandatario reconoció que su hijo Gonzalo López Beltrán participaba en la supervisión del proyecto bajo una figura honorífica, asegurando que no percibía salario ni ocupaba un cargo formal dentro del gobierno.
Negocios privados ligados a la obra pública
Lo que no fue detallado en su momento es que Gonzalo López Beltrán, conocido como “Bobby”, habría facilitado la asignación del negocio del suministro de balasto —material clave para la estabilidad de las vías— a su amigo Amílcar Olán, empresario que, según versiones periodísticas, mantiene vínculos comerciales con Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”.
Estas versiones se fortalecieron tras la difusión de audios en los que el propio Amílcar Olán relata cómo obtuvo el acceso a minas en Oaxaca para la explotación del material utilizado en el Tren Interoceánico, presuntamente por indicación directa de Gonzalo López Beltrán.
Audios exhiben cercanía con funcionarios clave
En las grabaciones difundidas, Olán presume reiteradamente el respaldo de “Bobby” López y hace referencia a encuentros con altos mandos responsables del proyecto ferroviario, entre ellos el capitán de navío Alan Tarciso Cruz, quien estuvo al frente de la operación del tren.
En los diálogos, el empresario sugiere que las gestiones se realizaban directamente con los responsables de mayor jerarquía, lo que le permitía avanzar sin obstáculos en la provisión de materiales para la obra.
Falta de registros y supervisión documentada
De acuerdo con la información revelada, las actividades de Gonzalo López Beltrán dentro del proyecto no pueden ser auditadas formalmente, ya que las dependencias responsables no cuentan con bitácoras oficiales sobre reuniones, decisiones o instrucciones en las que haya participado.
Lo que sí está plenamente documentado es el descarrilamiento del Tren Interoceánico, un accidente que dejó más de una decena de personas fallecidas y que reavivó las críticas sobre la transparencia, la supervisión técnica y la rendición de cuentas en una de las obras insignia del sexenio pasado.
Hasta el momento, no se ha informado sobre investigaciones oficiales relacionadas con estos señalamientos ni sobre posibles responsabilidades derivadas de la gestión del proyecto.
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