La “Pax Narca” en Tabasco: denuncian red criminal operada desde la Secretaría de Seguridad

Exfuncionarios y expolicías apuntan a que Hernán Bermúdez Requena operó una red criminal bajo la protección política de altos mandos, incluyendo a Adán Augusto López y Carlos Merino, durante su gestión en Tabasco.

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Durante años, Hernán Bermúdez Requena fue presentado como el rostro exitoso de la seguridad pública en Tabasco. Aplaudido por legisladores de todos los partidos y defendido públicamente por Adán Augusto López, quien entonces era gobernador del estado, Bermúdez fue elevado como un modelo de autoridad. Sin embargo, hoy es acusado de encabezar una estructura de corrupción y control del crimen, que habría derivado en una falsa estabilidad conocida como “Pax Narca”.

La versión de que Bermúdez realmente administraba la delincuencia en vez de combatirla ha comenzado a tomar fuerza, especialmente tras su reciente fuga y la emisión de una ficha roja por parte de Interpol.

Exagentes lo acusan de manipular cifras y controlar el huachicol

Raúl, un exagente despedido tras denunciar corrupción interna, sostiene que las cifras de seguridad en Tabasco fueron manipuladas para aparentar una baja en la criminalidad. Según su testimonio, Bermúdez utilizó una célula conocida como “la Barredora” para tomar el control del robo de combustible en el estado, una de las actividades ilícitas más lucrativas en los últimos años.

El origen de esta célula, afirma, se remonta a una operación encubierta para eliminar a un presunto líder huachicolero, apodado “Calimba”, quien supuestamente había asesinado a un conocido del entonces gobernador Adán Augusto López. Desde entonces, asegura, la organización se expandió hasta controlar gran parte del territorio estatal.

Violencia desbordada tras ruptura con el grupo criminal

Testimonios coinciden en que una vez rota la alianza entre Bermúdez y el grupo delictivo, se desató una ola de violencia que ha dejado consecuencias duraderas en Tabasco. Solo en un año, los homicidios aumentaron un 250%, se registraron motines sangrientos en cárceles, ataques a comercios y actos de narcoterrorismo contra la población civil.

Todo esto, argumentan, se dio con conocimiento o tolerancia de figuras clave como el actual director de aeropuertos, Carlos Merino, y otros funcionarios ligados al sistema de seguridad desde el gobierno de Arturo Núñez.

Red de protección y complicidad política

Las denuncias apuntan a que Bermúdez no actuó en solitario. Desde la llamada “mesa de seguridad” estatal hasta legisladores y funcionarios actuales, varios actores habrían participado o encubierto esta red. Incluso filtraciones de los Guacamaya Leaks habrían advertido sobre esta situación, sin que se tomaran medidas.

Para críticos y exagentes, la detención del exsecretario no basta. Aseguran que la estructura político-criminal sigue activa y sin ser desmantelada. “No basta con atrapar a Bermúdez, la red que lo protegió está intacta”, afirman.

Exigen deslindes y fin a la impunidad

El caso de Hernán Bermúdez Requena ha reavivado las exigencias de deslinde dentro de Morena y del gobierno federal. Figuras como Adán Augusto López y Carlos Merino han sido señaladas por su cercanía con el exfuncionario prófugo, mientras la oposición insiste en que debe investigarse a fondo todo el entramado de complicidad institucional que permitió que este tipo de prácticas prosperaran en Tabasco.

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