Un hombre de Plymouth, Reino Unido, fue sentenciado a 26 años de prisión tras ser hallado culpable de 23 delitos sexuales cometidos durante más de una década contra al menos siete mujeres, incluyendo violación, agresión sexual y producción de imágenes indecentes.
Ricky Stubberfield, propietario de un salón de blanqueamiento dental, utilizaba su negocio para atraer a mujeres jóvenes, muchas de ellas influencers, prometiéndoles tratamientos gratuitos a cambio de promoción en redes sociales, según informaron medios británicos como The Guardian y BBC.
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🚨 ⚖️ UK “Influencer” Predator Jailed
— Nightcap Crimes (@NightcapCrimes) October 22, 2025
Ricky Stubberfield, 31, just got 26 YEARS in prison after luring 8 women (ages 16–27) to his fake “free teeth whitening” salon — then sexually assaulting them.
Judge called it “utterly remorseless predation.”#TrueCrime #UKCrime #Justice pic.twitter.com/DxO1y1ZjgT
Engañaba a mujeres con tratamientos dentales
El modus operandi de Stubberfield consistía en ofrecer servicios gratuitos de blanqueamiento dental, situando a las víctimas en una posición vulnerable con protectores bucales, para luego realizar avances sexuales forzosos. Entre 2022 y 2024, al menos cinco mujeres sufrieron agresiones dentro del establecimiento, y una de ellas fue víctima de exhibicionismo tras ser rechazada por el acusado. Los delitos no se limitaron al salón; también ocurrieron en otros lugares de Plymouth, como conciertos y vehículos del agresor.
Durante el juicio, se reveló que Stubberfield contactaba a jóvenes de entre 16 y 27 años a través de Instagram, utilizando su posición de autoridad en el salón para manipularlas. Una víctima menor de edad denunció en 2022 que había sido violada en un baño para personas con discapacidad durante un concierto, y posteriormente en la furgoneta del agresor. Otro incidente fue registrado parcialmente a través de una videollamada, cuando una amiga de la víctima captó la agresión gracias a un reflejo en una campana extractora.
El tribunal de Plymouth también ordenó seis años de libertad vigilada y que el condenado permanezca inscrito de por vida en el registro de delincuentes sexuales. El juez Robert Linford calificó su conducta como “depredación absolutamente implacable” y advirtió que representa un riesgo elevado para la sociedad.
Las víctimas declararon en el juicio el devastador impacto emocional que sufrieron: pérdida de seguridad, sentimientos de culpa y pensamientos suicidas. La policía destacó la valentía de las mujeres que denunciaron los hechos y su testimonio fue clave para lograr la condena. El detective inspector Marcus Hodges expresó su esperanza de que el fallo judicial les permita iniciar un proceso de recuperación y cierre emocional tras los años de abusos.
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