La Auditoría Superior de la Federación (ASF) documentó un inadecuado control y deficiente supervisión en los trabajos de rehabilitación de la vía férrea del Istmo de Tehuantepec, específicamente en la línea Z, tramo donde el pasado fin de semana se registró el descarrilamiento del tren de pasajeros en Oaxaca. Las observaciones corresponden principalmente a la cuenta pública 2023.
De acuerdo con los informes oficiales, durante la modernización de una infraestructura ferroviaria con más de un siglo de antigüedad —data de 1907— se detectaron irregularidades que representan un presunto daño al erario por más de 33 millones de pesos. La anomalía más grave está relacionada con la colocación de rieles de menor grosor al reportado y facturado.
Uso de rieles más delgados a los autorizados
La ASF señaló que en al menos un tramo de la vía se instalaron 4 mil 135 metros de rieles con un peso inferior al establecido en las normas ferroviarias. Mientras que el contrato contemplaba rieles de 136 libras por yarda, los constructores colocaron material de apenas 115 libras por yarda, lo que compromete la resistencia y durabilidad de la vía.
El documento advierte que esta irregularidad fue detectada únicamente en el tramo auditado, por lo que no se descarta que prácticas similares se hayan replicado en otros segmentos del proyecto ferroviario.
Obras auditadas concluyeron meses antes de la inauguración
Las inconsistencias fueron encontradas durante la revisión de trabajos de corrección de 56 kilómetros de curvatura y pendiente, así como en la rehabilitación de 146 kilómetros de vía férrea y su conexión con el puerto de Salina Cruz, en el tramo Colonia Jordán–Salina Cruz, correspondientes a la línea Z.
Estas obras concluyeron el 15 de octubre de 2023, apenas dos meses antes de que se inaugurara el servicio de pasajeros del tren interoceánico, lo que ha generado cuestionamientos sobre la premura con la que se dio por terminado el proyecto.
Pagos en exceso y trabajos no comprobados
Además del sobreprecio por los rieles —que por sí solo representaría un daño estimado en más de 2 millones 658 mil pesos—, la Auditoría detectó pagos indebidos por 17 millones 627 mil pesos en labores de armado de vía con durmientes y rieles, sin que existiera evidencia suficiente de que los trabajos se realizaron.
A estas observaciones se suman otros 8.5 millones de pesos por pagos adicionales a trabajadores supuestamente destinados a labores de desmantelamiento de la vía, también sin la documentación que respalde su ejecución.
Responsabilidades bajo revisión
Las obras observadas por la ASF se llevaron a cabo cuando el actual secretario de Marina, almirante Raimundo Pedro Morales Ángeles, fungía como director general del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, organismo responsable de la línea Z del ferrocarril.
Si bien las auditorías no determinan responsabilidades penales, sí abren la puerta a procesos administrativos y posibles denuncias por daño al erario, especialmente en el contexto del reciente accidente ferroviario.
Cuestionamientos a otra obra emblemática
Con estas observaciones, la rehabilitación del ferrocarril del Istmo se suma a la lista de proyectos emblemáticos del sexenio anterior que enfrentan señalamientos por irregularidades técnicas y financieras. Las fallas detectadas por la ASF reavivan el debate sobre la calidad de las obras públicas y los mecanismos de supervisión aplicados durante su ejecución.
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