Una de las más grandes características que tiene México como país, es lo colorido que puede llegar a ser su cultura. Los fascinantes detalles que adornan el día a día de los mexicanos, con hermosas tradiciones como la relativa a Día de muertos, son de las cuestiones que siguen impactando a todos los miles y miles de turistas que visitan nuestro país. Y, entre tanto folclor, se encuentra uno muy particular que involucra la palabra Alebrije, pero, ¿qué son esas peculiares criaturas? Sigue leyendo.
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Los alebrijes son artesanías muy populares en México y que podemos encontrar en todo tipo de lugares, desde mercados tradicionales hasta en colecciones de museos alrededor del mundo. Dichas artesanías son creación de Pedro Linares López y fueron inventadas hace apenas unas cuantas décadas, durante la primera mitad del siglo XX.
¿Qué son los alebrijes?
El alebrije es una artesanía mexicana hecha tradicionalmente con la técnica de la cartonería. Se trata de una figura fantástica que combina elementos fisionómicos de varios animales, ya sean reales o imaginarios, y se caracterizan por estar pintados de colores vibrantes.
Y, ¿cómo se hace un alebrije? Todo empieza con una base de alambre quemado que se dobla y moldea para formar el esqueleto de la figura. Posteriormente se cubre con varias capas de periódico y engrudo, usando cartón para darle volumen. La figura de base se pone a secar al sol, y una vez seca se le agregan elementos más detallados, como ojos, picos, alas y garras.
Pedro Linares y el origen de los alebrijes
Pedro Linares López nació en 1906 en la Ciudad de México. Cartonero de profesión, Linares trabajaba en un taller en el barrio de La Merced, cerca del Centro Histórico de la ciudad. Al igual que su padre y abuelo, el artesano se dedicaba a la creación de objetos de papel maché, incluyendo piñatas, esqueletos, máscaras y figuras para la quema de Judas.
En 1936, cuando tenía 30 años, Linares se enfermó de gravedad y cayó en un sueño profundo. Se dice que durante el tiempo que estuvo inconsciente, Linares soñó que se encontraba paseando en un bosque extraño. Ahí se topó con varias coloridas criaturas, desde un burro con alas y un león con cabeza de perro hasta un gallo con cuernos de toro, y todas gritaban la misma palabra: alebrijes. Linares eventualmente se recuperó de su enfermedad, y al regresar a trabajar decidió usar sus habilidades como artesano para replicar las criaturas fantásticas de su sueño.
Alebrije de Pedro Linares
Las coloridas quimeras poco a poco fueron ganando popularidad, y pronto otros artesanos comenzaron a imitar las creaciones de Linares. En 1975, la cineasta británica Judith Bronowski hizo un documental sobre su trabajo, lanzándolo a la fama tanto nacional como internacionalmente. El artesano también llegó a hacer varios alebrijes para Frida Kahlo y Diego Rivera, cuya colección se encuentra hoy en el Museo Anahuacalli en la Ciudad de México.
En 1990, Pedro Linares recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en celebración a su trayectoria artística y a sus contribuciones al arte popular mexicano. El artesano falleció dos años después a la edad de 86 años, pero su familia continúa la tradición de los alebrijes hasta el día de hoy.
Los alebrijes en la actualidad
Hoy en día, los alebrijes forman parte innegable del imaginario cultural y artístico de México, y se trata de una artesanía en constante evolución. Desde el 2007, el Museo de Arte Popular de la Ciudad de México organiza un desfile de alebrijes monumentales con la intención de promover las artes y la cultura folclórica mexicana. En él, cientos de artesanos construyen alebrijes de hasta cuatro metros de altura y los pasean por el centro histórico de la ciudad en un evento lleno de danza, música y color.
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